
El
proceso bi-direccional mediante el cual se transmiten conocimientos, valores,
costumbres y formas de actuar. La educación no sólo se produce a través de la
palabra, está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes.
El
proceso de vinculación
y concientización cultural, moral y conductual. Así, a
través de la educación, las nuevas generaciones asimilan y aprenden los
conocimientos, normas de conducta, modos de ser y formas de ver el mundo de
generaciones anteriores, creando además otros nuevos procesos
de socialización formal de los individuos de una sociedad.
También
se llama educación al resultado de este proceso, que se materializa en la serie
de habilidades, conocimientos, actitudes y valores adquiridos, produciendo
cambios de carácter social, intelectual, emocional, etc. en la persona, que
dependiendo del grado de concienciación, será para toda su vida o por un
periodo determinado, pasando a formar parte del recuerdo en el último de los
casos.
El
objetivo de la educación inicial es:
Incentivar
el proceso de estructuración del pensamiento, de la imaginación creadora, las
formas de expresión personal y de comunicación verbal y gráfica.
Favorecer
el proceso de maduración de los niños en lo sensorio-motor, la manifestación
lúdica y estética, la iniciación deportiva y artística, el crecimiento socio
afectivo, y los valores éticos.
Estimular
hábitos de integración social, de convivencia grupal, de solidaridad y
cooperación y de conservación del medio ambiente.
Fortalecer
la vinculación entre la institución educativa y la familia.
Prevenir
y atender las desigualdades físicas, psíquicas y sociales originadas en diferencias
de orden biológico, nutricional, familiar y ambiental mediante programas
especiales y acciones articuladas con otras instituciones comunitarias.
Una
vez concretados los conceptos las diferencias son evidentes. La educación
requiere plazos más largos y difíciles de precisar que los de la mera
instrucción, que supone la acumulación de conocimientos. La educación abarca
toda la personalidad del individuo.
Para
no caer en la mera instrucción, la educación tiene que superar los obstáculos
que suponen tener un tiempo asignado a cada materia, los plazos que marcan las
planificaciones y la cantidad y heterogeneidad de alumnos y alumnas que se dan
en los centros educativos actuales. El objetivo debe ser el desarrollo de todas
las capacidades humanas teniendo en cuenta la individualidad de la que somos
portadores cada uno de nosotros. Haciéndonos dueños de nuestras ideas y
conductas y por lo tanto de nuestra vida.
Esfuerzo,
hábito y método han sido, durante siglos, las claves para entender que es
menester haber aprendido mucho para llegar a saber un poco (Montesquieu).
Partiendo de estas premisas, grandes pensadores como Locke tenían claro que,
para educar, no debe ocuparse todo el tiempo en dar lecturas y dictar
magistralmente al alumno aquello que debe observar y respetar. Escucharlo a su
debido tiempo y acostumbrarlo a razonar sobre lo que se propone le darán mayor
aprecio por el estudio y la instrucción.
Si
educar es el camino que nos otorga libertad, la instrucción se convierte en el
aprendizaje de los conocimientos que necesitamos para cumplir una función
social. Esto sí que lo hemos comprendido en nuestro tiempo.
Parece
que la educación, hoy, se orienta prioritariamente al estudio de contenidos que
el alumno debe aprender para luego demostrar, por medio de un examen, lo que
sabe, aunque sea memorísticamente. Sin embargo, las políticas sobre educación
orientadas por evaluaciones estandarizadas, afirman que the test, es decir,
enseñar para ser examinado, es un gran fracaso educativo.
La
educación es un proceso evolutivo y constante que va modificando la conducta
del individuo a través de conocimientos y experiencias que se adquieren de
diversas formas y medios, y esta puede ser formal e informal, consciente e
inconscientemente.
Muy buena entrada, yo me hice otra pregunta en mi blog, ¿Etiquetar o motivar?
ResponderBorrarUn saludo.